¡Ya vamonos Carlitos! Le grita el pulmón a su corazón.
Ya voy, no encuentro mi zapato dice Carlitos.
Su pulmón, con el zapato en la mano y una mirada suave le pregunta:
¿Ya hiciste pipí?
Carlitos, sin decir nada, se mete al baño y, como corazón regañado, orina, y al subirse al carro, donde el pulmón, con un cigarro en una mano, y el volante en la otra, protesta entre humo: ¡Eres como un bebe!