lo conocen, va todas las mañanas antes
de las 8:00 a.m.
Esta mañana,
fue algo diferente,
la joven que lo
atendía diariamente,
no lo hizo,
lo atendió una
delgada mulata,
sus ojos cargaban
el cielo entero,
su cabello
castaño caía mas aya
de su hombros y
unos labios rojos y anchos
que gritaban por ser mordidos.
El anciano quedo sorprendido,
estornudo y su corazón dejo de latir.
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