Como una espesa neblina caíste en mi piel,
mi mente se torno un cuarto en sombras,
el aire golpeaba mis capas y,
al fondo de ellas llasia mi cuerpo calido y protegido,
mis oídos se llenan de la melodía de tu voz
y mis manos sienten un ligero hormigueo por la posición
que impide el paso de la sangre que intenta cubrirlas por dentro
SILENCIO, que voy a desbeber tu cuerpo.
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